jueves, 9 de enero de 2014

ANDÚJAR, UNA ZONA LINCERA


El pasado 28 de diciembre, un grupo de amigos de La Safor y de L’Alcoià hicimos camino hacia la Sierra de Andújar, Jaén. Allí pasamos el fin de año, y dimos la bienvenida al nuevo año.  Dado que el día 28 llegamos tarde, solo nos dio tiempo que a organizar el día siguiente y acomodarnos. Algunos éramos optimistas y otros más escépticos a la hora de ver o no ver al felino más “famoso” lamentablemente de Europa. El primer día nos dirigimos hacía el Pantano de la Jándula cogiendo la carretera JH-5002 hasta que llega una bifurcación a nivel de una finca con toros. Aquí tomamos el camino de la izquierda, la JF-5004. Justamente cuando vimos los toros, una amiga preguntó, pero, ¿los toros no harán daño al Lince con los cuernos que tienen? Dicho y hecho, antes de acabar la finca, un Lince cruzaba el camino de una finca de toros a otra. El conductor, sorprendido por lo que estaba viendo, no sabía reaccionar. Después de unos segundos, avanzó, y pudimos ver al Lince al lado de un toro.
 Sin embargo, un coche de la compañía Endesa, empezó a tocar el claxon porque tenía prisa e imagino que estaba hasta la coronilla de la gente que va allí a observar un mamífero de 4 patas. El día empezaba como nadie se lo imaginaba, pero por no así para todos los del grupo. Los del coche de detrás no lo pudieron ver. No sabíamos dónde para instalar nuestros telescopios…pero pensamos, seguro que ya hay gente, y allí pararemos. Así fue. Descargamos nuestra óptica, telescopios, prismáticos y sobre todo, muchas ganas de poderlo ver, nuevamente. En la zona en la que nos colocamos nos esperaba un excremento reciente de Lince.
Bastó esperar 30 minutos desde nuestra llegada cuando una voz alertaba de la presencia de un Lince. Todos los telescopios dirigidos a esa zona, y efectivamente, ahí estaba, posando junto con 9 perdices a escasos 5 metros y sin inmutarse.
Se dejó ver durante unos minutos. Luego, ya no hubo suerte y no se observaron más ejemplares. Al día siguiente, volvimos al lugar para probar nuevamente suerte. No la tuvimos por lo que decidimos por la tarde cambiar de lugar e ir al Encinarejo. Tampoco observamos a la especie aunque sí que encontramos una letrina de Lince cerca de la presa del río Jándula. De hecho, os aconsejo mejor ir por la mañana hacia el Pantano de la Jándula, y por la tarde al Encinarejo. Si lo hacéis al revés, tendréis el Sol de cara y será una molestia. Además, por la mañana es más fácil que en el Encinarejo aparezca niebla y dificulte aún más si cabe la observación de algún ejemplar de Lince. Aprovechamos en todas las salidas para observar otro tipo de fauna, mamíferos (cabra montés, muflón, ciervo, gamo, jabalí, conejo) y aves (buitre negro, buitre leonado, águila imperial ibérica, gavilán, águila real, rabilargo, curruca rabilarga, perdiz, trepador azul, paloma torcaz, urraca…).
Nos acompañó la climatología en todo momento hasta el día que tocaba cargar el coche con las maletas y de vuelta a casa. Durante el camino, hicimos una parada en la Aliseda. Esperamos volver para poderlo disfrutar nuevamente, así como dedicarle tiempo a las nutrias. ¡Hasta pronto!.
Fran Atiénzar

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