lunes, 20 de enero de 2014

VOLANDO CON LOBOS, "Una experiencia única en un entorno inolvidable"

Existe un lugar muy especial en el que los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de la presencia de algunas de las especies más representativas de la fauna ibérica, viviendo en semilibertad, algo que permite acercarnos al estudio de su comportamiento, deleitarnos con su observación o capturarlos en la retina mágica de nuestra cámara fotográfica. Este lugar es el Centro de Educación Ambiental “La Dehesa” ubicado en el mismo corazón de la serranía albaceteña de Riópar.

Este centro de naturaleza, basado en un trazado itinerario interpretativo por los diferentes ecosistemas presentes en la reserva (pinares de laricio, zonas húmedas, prados de montaña, encinar y roquedos) y adaptado a la comodidad del visitante con un conjunto de confortables cabañas integradas en el entorno y un restaurante especializado en gastronomía local, tiene como mejor aval la maestría del veterano naturalista Jorge Escudero y la huella siempre presente de su compañero de trabajo, durante muchos años, Aurelio Pérez, que pasó buena parte de su última etapa profesional como intérprete ambiental en “La Dehesa”. Ambos pesos pesados de la educación ambiental dieron forma y sentido a este sueño hecho realidad y que brilla cada nueva jornada, tanto en los ojos ilusionados de los miles de visitantes que lo disfrutan cada temporada, como en los de los extraordinarios pobladores que adornan cada uno de sus cuidados y bellos rincones.

En “La Dehesa” podemos deleitarnos con los habitantes del arroyo y de las charcas, desde el pato cuchara (Anas clypeata) al azulón (Anas plathyrrynchos), desde la gallineta (Gallinula chlorophus) al eventual mirlo acuático (Cinclus cinclus). En la ladera puede sorprendernos el abundante muflón (Ovis musimon), y podremos disfrutar también de gamos (Dama dama), ciervos (Cervus elaphus), corzos (Capreolus capreolus), jabalíes (Sus scrofa), mientras en los altos roquedos de la sierra no es infrecuente ver cabras monteses (Capra pyrenaica), águilas reales (Aquila chrysaetos) y halcones peregrinos (Falco peregrinus). Ya a la caída de la tarde se escucha el profundo reclamo de amor del cárabo (Strix aluco) o del Búho real (Bubo bubo). No faltan tampoco en sus bosques ni arrendajos (Garrulus glandarius) y ardillas (Sciurus vulgaris) como gavilanes (Accipiter nisus) y azores (Accipiter gentilis), junto a un sinfín de mamíferos como zorros (Vulpes vulpes), garduñas (Martes foina), ginetas (Genetta genetta), gatos monteses (Felis silvestris) o tejones (Meles meles). Pero sin duda alguna, la estrella allí es el lobo ibérico, un par de camadas perfectamente improntadas por Jorge y su equipo que campan a sus anchas por buena parte de la ladera y nos dejan observar sus impresionantes pautas de comportamiento. Es una experiencia única convivir a escasos centímetros con estos bellos cánidos e incluso poder tener el privilegio de llegar a tocarlos.
Si a esta mágica aventura unimos la ocasión de poder salir de caza con halcones, azores y águilas de la mano de un experimentado cetrero, Andrés López Sánchez, el fin de semana puede resultar más que completo. Disfrutar en directo del picado de los animales más rápidos del planeta o sentir el placer de verlos acudir mansamente a nuestra llamada en medio de la naturaleza más pura, es mucho más que un premio a todos nuestros sentidos. Poder dormir, ya al abrigo reparador de la cabaña, mientras a pocos metros nos arrulla el aullido ancestral de los lobos, nos trasladará en el tiempo y en el espacio a otra época y a otro lugar. Quizá un momento en la historia en el que el ser humano era una parte auténtica de esa naturaleza que siempre está echando en falta. “La Dehesa” nos brinda la ocasión de volver a ser lo que siempre fuimos como especie, al menos durante un fin de semana.


Andrés López Sánchez, halconero, naturalista, educador ambiental y sobre todo, ser humano.
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Del 31 de enero al 2 de febrero en CEA Riopar

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