lunes, 4 de febrero de 2013

Siguen las colaboraciones en el proyecto de Repobladores Rurales

Sigue en marcha el proyecto de repobladores rurales, como sabéis hace unas semana desde este blog propusimos hacer una especie de novela compartida, cada uno a través de experiencias personales o ficticias iríamos  dando trama y texto a una novela o pequeños relatos, aquí os dejo los enlaces a las entradas anteriores.

Esta vez nuestro colaborador Paco González, del rincón de Paco (podéis visitar sus reflexiones sobre repobladores en la sección recursos nos ha dejado una continuación de la historia: 
.... Aunque en un principio cada uno tenía sus propias  inquietudes individuales – Rafael el mundo animal, Ona los vegetales y Abdel la geografía y la historia- poco a poco, casi sin darse cuenta, fueron adquiriendo conocimientos no solo de sus propias aficiones, también de las de sus amigos. La pasión que transmitían al descubrir o identificar algo nuevo contagiaba a los demás lo que hizo que la afición del otro acabase siendo también la suya propia.
Esto hizo que fueran un grupo inseparable, al que con el tiempo se les uniría Covi, una chica del pueblo de al lado que conocían desde la escuela, cuando los colegios de ambos pueblos se juntaban para realizar excursiones didácticas.  
Covi, como la llamaban sus padres y amigos, es el diminutivo de Covadonga, aunque los chicos y chicas de su edad la apodaban, de manera despectiva, la rumana. Tenía el pelo rubio, los ojos azules  y sus padres habían llegado al pueblo a trabajar en los años de bonanza económica, cuando venían emigrantes de los países del este, aunque Covi y su familia eran del norte de España, de Asturias. Era muy niña cuando su familia salió de Asturias pero todos los años iba una o dos semanas de vacaciones a casa de sus abuelos paternos, siendo este el único enlace que tenía con esa tierra asturiana, verde y sensual como sus praderas a la vez que dura y austera como sus montañas. Relataba con todo detalle las historias de Cuélebres, Xanas y Trasgus que le contaban sus abuelos, describía aquellos paisajes de tal manera que conseguía que las mentes vieran el verdor de sus prados, a veces creían hasta poder oler el aroma de sus flores, tal era el énfasis que ponía Covi al hablar de su tierra soñada.
Tanto habían escuchado hablar de aquellas tierras que un verano decidieron conocerlas y acordaron ir a los Picos de Europa. Era la primera vez que iban a estar una semana ellos solos, sin familiares ni profesores y eso hacía que la aventura fuese aún mayor. Según se iba acercando el día de partida los nervios estaban a flor de piel, reían por cualquier cosa, solo hablaban de lo bien que lo iban a pasar. Soñaban con las cosas que verían, unas veces en silencio y otras veces lo compartían con sus familiares y amigos.
Al fin llego el día, cargaron las mochilas en el coche de Doña Remedios. Ona, que era unos meses mayor que el resto del grupo, había sacado el carnet de conducir hacia poco tiempo y aunque ya había llevado el coche hasta la capital de La Mancha, Toledo, esta iba a ser su prueba de fuego. Nadie dudaba de Ona, ya que era muy respetuosa con las normas de tráfico, pero su poca experiencia, la distancia y sobre todo, las carreteras de montaña, hacía que a todos los padres se les notara el nerviosismo en su rostro y sus gestos. Mientras se daban los besos de despedida los padres les inundaban de consejos referentes a la carretera y a las montañas, unos les decían que llamasen cuando llegaran, otros que llamasen todos los días, hasta que los cuatro se metieron en el coche. Agitando las manos en señal de despedida oían a sus padres  desearles que disfrutaran de las vacaciones. ... 

Y sigue, esto lo puedes leer y seguir en el siguiente enlace  Click


Esto puede ser un proyecto ilusionante, si algún día podemos publicarlo o si algún día conseguimos de alguna forma ganarle dinero será invertido en un proyecto educativo o de conservación de repobladores rurales...
Escribe, dibuja, comenta, aporta, participa....Gracias....

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