lunes, 1 de abril de 2013

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DE LAS IGLESIAS FORTIFICADAS DE TRANSILVANIA


Los sajones llegaron a Transilvania durante los siglos XI-XIII. Los reyes de Hungría los trajeron como colonos y formaron una fuerte comunidad de agricultores, de artesanos y de mercaderes. Sus asentamiento se situaron en zonas de gran conflictividad invasora tanto del norte como del sur y es por ellos que para defenderse construyeron fortificaciones. Las ciudades más importantes se fortificaron completamente y las comunidades más pequeñas crearon fortificaciones en torno a su iglesia, a la cual añadieron torres defensivas y almacenes que les permitieran conservar sus bienes y les ayudaran a sostener largos asedios.
Transilvania meridional es una meseta cortada por los valles de numerosos y pequeños ríos. Al edificar sus casas y con ellos las pequeñas aldeas y pueblos, los sajones se adaptaron a la topografía situando los pueblos de los valles con  una calle central y a veces de algunas calles secundarias, mientras que los situados en un terreno más llano siguieron un modelo más radial. Todos tenían como elemento central la iglesia y a su alrededor una fuerte fortificación de carácter defensivo. De arquitectura románica o gótica conservan numerosos elementos añadidos en la edad media
Al lado de la iglesia se sitúa la plaza principal del pueblo o Tanzplaz (Lugar de danza), en torno al cual gira la vida social. Y a su alrededor las casas siempre con predominancia de las casas señoriales y detrás las del campesinado. A este tipo de construcción y a su contribución a la etnografía de Rumania, la Unesco otorgó el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad en 1993 a las aldeas de Transilvania y sus iglesias. En Brasov y su extrarradio existen algunas de esas edificaciones que tendremos ocasión de contemplar en nuestro viaje.
Os recuerdo el hagstag del viaje #efarumania para ir comentando lo que querais.

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