miércoles, 30 de octubre de 2013

Promocion cultural pastoril y 3



La multitudinaria fiesta de Brieva, que suma ya el mismo número de ediciones, es otro de los ejemplos más destacados al respecto, congregando a cientos de personas que reciben un rebaño trashumante llegado de lejanos invernaderos del mediodía español, en un ambiente festivo (Artesanía popular, degustación de platos pastoriles, demostraciones de esquileo, folclor pastoril…) y de reivindicación cultural de la trashumancia (Conferencias, muestras artísticas, visitas de trashumantes de otras regiones, etc.). Administración local y regional son las responsables del apoyo a dicha manifestación, en tanto que grupos gremiales, ciudadanos, universitarios, culturales y conservacionistas avalan el evento, uno de los más concurridos de toda la muestra de celebraciones referidas a la trashumancia en España.
Otras manifestaciones en reivindicación de la trashumancia tradicional han ido apareciendo en diferentes áreas del país en los dos primeros lustros del presente siglo, como las Jornadas sobre Trashumancia, Cañadas y Desarrollo Rural de Logroño auspiciadas por Caja Rioja y la Conferencia Internacional sobre Cañadas y Vías Verdes organizada por la Junta de Extremadura, que ya un decenio antes había impulsado una primera monográfica sobre el mundo de la trashumancia en dicha región. No sólo se reivindica la función de la trashumancia en los territorios peninsulares ibéricos, si no que otros agentes sociales de los ámbitos insulares españoles impulsan la celebración de ferias de la trashumancia y fiestas de los Pastores y de la Lana en la isla del Hierro, reivindicando la figura del pastor trashumante y del nomadeo ganadero en Canarias, del mismo modo que en ferias localizadas en las Baleares como las de Sineu, Llucmajor o Vilafranca de Bonany, se pone de relieve el tradicional papel de la ganadería en dicho archipiélago, con el recuerdo de los tradicionales desplazamientos en altura a la Sierra de la Tramontana o al Plá oriental de la isla de Mallorca.

Otras convocatorias más recientes, que han tenido lugar de 2003 a 2006 están contando con una notable repercusión y asistencia de público, tal es el caso de la riojana Fiesta de la Trashumancia celebrada en la no menos celebérrima Venta de Piqueras, dentro del Parque Natural de la Sierra de Cebollera, que ha recibido más de tres mil visitantes en su última edición, y la Ruta Madrileña de la Trashumancia «Trashumad», impulsada por la Comunidad de Madrid, en la que a lo largo de cuatro días del mes de julio se realiza un recorrido a pie, en el que se acompaña un rebaño ovino desde Colmenar a Buitrago atravesando diferentes cañadas madrileñas; además, en paralelo al desarrollo de la ruta se realizan varias fiestas trashumantes en distintas localidades con demostraciones de perros de pastoreo, esquileo, cardado de lana, fabricación de quesos, cocina pastoril, música popular castellana y artesanía tradicional, convocando a un numeroso público proveniente de distintas localidades de la madrileña sierra de Guadarrama, que en esas fechas albergan a una nutrida colonia de veraneantes, atrayendo igualmente a un público proveniente de otras procedencias.
En estos últimos años cabe destacar también la celebración de fiestas vinculadas a la trashumancia de ganados en otras localidades de menor población pero con una larga tradición trashumante, como la Fiesta de los Esquiladores en Teruel, la Fiesta de la Trashumancia en la segoviana localidad de Escarabajosa de las Cabezas, o la homónima de la valenciana Cheste, en la que se atraviesa su antigua vereda y se ofrecen demostraciones pastoriles populares, la de Aldeacipreste en la provincia de  Salamanca  con importante participación de jinetes promocionado el caballo como vehiculo de transporte por la Cañada Real Soriana Occidental, que atraviesa el termino municipal.

Un primer balance de todo lo expuesto en este capítulo permite avanzar varias afirmaciones al respecto: la trashumancia, aún atravesando una evolución recesiva en buena parte del país, sigue estando viva como fenómeno funcional y productivo pese a los distintos obstáculos estructurales que la afectan; además, se observa con nitidez que sigue estando muy presente tanto en la memoria social y espacial de los naturales de las zonas en las que se ha producido y se sigue manteniendo, destacando a su vez la disposición de numerosos grupos de interés (Universitarios, gremiales, culturales, excursionistas, etc.), que muestran una preocupación creciente por el mantenimiento de su memoria y por su mejor difusión en las áreas en las que aún pervive.
Lo que en decenios anteriores se valoró como un desinterés social generalizado por esta práctica ganadera, se ha focalizado ahora como un verdadero aliciente para el mejor conocimiento de los territorios afectados por el modelo productivo y social trashumante. La demanda local de sus valores y costumbres ancestrales ha llevado a distintos ayuntamientos a reclamar sus viejas tradiciones, muchas veces de la mano de grupos locales de interés integrados por personas con vínculos propios o parentales con la trashumancia, tal es el caso de la burgalesa Neila, reclamando un mayor interés social por dicho fenómeno. E incluso se advierte un cierto interés político por parte de algunas agrupaciones regionalistas, puesto de relieve a la hora de reclamar una mayor atención al respecto en sus áreas de implantación.
De ahí procede la génesis de diferentes museos, ferias o fiestas, en las que se produce una acción mancomunada de grupos locales y ayuntamientos o comunidades autónomas, siendo éstas dos instituciones las encargadas de la captación de los fondos necesarios para su materialización, a las que suele añadirse el correspondiente apoyo público de otras administraciones ya provinciales o estatales.

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