domingo, 31 de agosto de 2014

Laguna de la Janda, la última estación

Camino de Tarifa desde el oeste, nos encontramos con un ecosistema peculiar, las lagunas de la Janda, esta laguna de más de 4000 Has. de extensión fue en su día, antes que el hombre en los años sesenta comenzará un brutal plan agrario, con grandes transformaciones y la desecación para conseguir nuevos y fértiles terrenos agrícolas, a esta laguna se le asociaban otra serie de lagunas menores en con sus 50 km2 constituía el mayor humedal interior de toda Europa, además de encontrarse muy cerca de las marismas mareares del Río Barbate.

La diversidad de ecosistemas (aguas dulces y cercanas otras más salitres), la escasa profundidad de la lamina de agua y la densa cobertura vegetal, y por supuesta la estratégicamente situado cerca del lugar más cercano al continente africano en el "estrecho". Convierten a este lugar en "una estación" de obligado paso y descanso para cientos de miles de aves que cada año deben realizar sus vuelos migratorios hacia el continente africano o de regreso a través del Estrecho de Gibraltar.

Nuestro guía Manuel Morales de Birding Tarifa hizo una brillante interpretación del patrimonio natural y cultural del territorio más cercano a su casa, desde el los primeras manifestaciones el hombre dejo constancia de la importancia de estas lagunas para las aves migratorias, se recogen diversos testimonios, los más antiguos  son los de unas pinturas rupestres hallados en numerosos abrigos y cuevas naturales en las sierras que rodean la Janda en los que se reconocer representaciones de flamencos, ánsares, cisnes, abocetas, grullas, pero no solo el hombre del paleolíticos, son numerosos los escritores que han dejado en la historia los que han plasmado el interés ornitológico de estas lagunas.

En estos momentos, aunque es un lugar antropizado, un lugar donde el hombre ha cambiado su paisaje se le reconoce su importancia ornitológica, BirdLife Internacional ha incluido a la Janda en su lista de áreas de importantes para las aves (IBA's) en España (área nº 257), pero son las iniciativas de participación ciudadana, como la Asociación Amigos de la Laguna de la Janda, las que están trabajando para que se adopten medidas urgentes de conservación y se declare Zona de Especial Protección apara las Aves (ZEPA) a esta "última estación" tan importante para las aves de toda Europa.

Tuvimos la suerte de poder seguir el rastro de una nutria (Lutrinae), disfrutar a lo lejos y con el máximo respeto del Águila Imperial (Aquila adalberti), deleitarnos con una colonia de garcillas (Bubulcus ibis) y conviven con los tan atractivos Moritos (Plegadis falcinellus), el vuelo planeador del Elanio común (Elanus caeruleus), entre otras aves. Por cierto en nuestra visita pudimos avistar a los elegantes Faisanes (Phasianus colchicus), otro testimonio del manejo del hombre que los ha introducido para incrementar el interés en la actividad cinegética.

El final del día, después de la vista a la "última estación", nuestro maestro de ceremonia nos reservaba una gran sorpresa, poder degustar e interpretar los productos gastronómicos de la zona, para ello nos dirigimos a Facinas y en la entrada del pueblo un típico restaurante, Ventorrillo en Nene, nos tenía preparada una cena típica de la región donde el plato estrella era la carne de vaca retinta, de inmejorable calidad, sabor y terneza. Pero entre todos los elementos decorativos del restaurante, muchos de ellos nos dan pistas de las actividades etnográficas y culturales de la región, queremos destacar, un cepo para osos, así que comenzamos hacernos preguntas, ¿cuando desapareció el oso ibérico de la región?, un verdadero tesoro fue descubierto por la expedición.
Nores y Naves (1993) describen la distribución histórica del oso pardo en la Península Ibérica, iniciándola a partir de los datos de distribución antigua descritos, a mediados del siglo XIV, en el Libro de la Montería, encargado por el rey de Castilla Alfonso XI, en el que aparecen núcleos oseros desde los montes de Tarifa y la sierra de Aracena, y presentaba distribución discontinua en Andalucía y Murcia. En el siglo XVI se le podía encontrar, al menos, en parte del Sistema Central, en los Montes de Toledo, en ambas márgenes del Guadiana central y en Sierra Morena.
La Janda y su comarca son el último peaje para muchas aves migratorias y pese a las intensas transformaciones sufridas guarda muchos tesoros tanto naturales como etnográficos y culturales, una visita muy recomendable.


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