martes, 29 de diciembre de 2015

Vistabella, como en casa




Vistabella, como en casa


Vistabella del Maestrazgo es el municipio de la Comunidad Valenciana que se encuentra a mayor altitud. Está situada en pleno macizo del Penyagolosa y el 80% de su extensión está cubierto de bosque.
Es un pueblo precioso con baja demografía, pues su población no llega a 400 habitantes. Lo más destacable, sin contar con sus extraordinarios paisajes, son sus gentes, amables y cercanas que te hacen sentir como en casa.

Iglesia de Vistabella


En los pocos días que hemos pasado aquí hemos tenido la oportunidad de conversar con personas que, muy solícitas, se han prestado a ayudarnos o informarnos, como por ejemplo el dependiente de la panadería a la que acudimos a comprar cascaranya y rollos de anís, típicos del lugar. El señor, muy amablemente, ejerció de guía turístico. Sacando un plano de la zona y, desatendiendo a los clientes que acudían, nos informó que podíamos encontrar en los alrededores: pinturas rupestres en la Cova del Morral, Tejos milenarios en el Barranc del Mas del Gual o el Pi de la Finestra, en el Pinar del Bovalar. El Pi de la Finestra son realmente dos pinos negral unidos que al juntarse forman un orificio a modo de ventana.
El párroco de Vistabella también atendió nuestras preguntas. He aquí el vídeo que grabamos:






Marcelino Vall es el suegro de Teresa, la dueña de la casa rural donde nos alojamos. Tiene 84 años y se dedica a buscar trufa negra con perros desde los 20 años.
Nos contó que fueron unos catalanes los que descubrieron el terreno de la trufa y les enseñaron a buscar el preciado manjar con perros adiestrados. No se requiere una raza determinada, debe ser un perro que “quiera el olor de la trufa”, pues los hay que no lo soportan.
Los perros marcan el lugar donde se encuentra la trufa, comenzando a cavar con sus patas. Si alguno se las come, el dueño les da como premio un trozo de carne y así no las tocan.


Fotografías de Marcelino y su perro, cedidas por Teresa

La producción de trufa, según nos indica Marcelino, ha descendido en los últimos tiempos. En ella influyen las condiciones meteorológicas, concretamente la pluviosidad. Si llueve en los meses de Mayo, Junio, Julio y Agosto habrá más trufas. Hay zonas en Teruel donde riegan los campos para que nazcan más.
Se plantan también campos de carrasca, ya preparadas (micorrizadas) en viveros,  pero esto resulta muy caro pues no hay subvenciones. Cada plantón cuesta unos 6€, a lo que hay que añadir el jornal del trabajador, además del hecho de que se necesitan de 10 a 14 años para que los campos produzcan trufas.
Esta tradición pasa de padres a hijos.

Aquí dejamos un video que muestra cómo se realiza la búsqueda de trufas con perros:

Marcelino nos informa que el turismo es muy importante en la zona, ya que gracias a los visitantes de fin de semana y verano se ha conseguido dar un impulso a carnicerías y panaderías, entre otros.
Nosotros aprovechamos la ocasión para animar a todo el mundo a que vaya a conocer este lugar encantador.



Paco mientras realizaba la entrevista a Marcelino Vall





Realizado por: Juanjo Escobar, Susi Toledo, Paco Gonzalvez y Javier Martín.

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