lunes, 22 de febrero de 2016

LA VIDA TIENE MULTITUD DE FORMAS

Quiero compartir esta historia tan especial para mi y a la vez realizar una impresión en vuestros corazones,para intentar fomentar este precioso proyecto, donde en algunos sitios, ya han empezado.

Cuando era pequeño estaba en el colegio y vino mi tío a decirme que mi padre había tenido una desgracia, un accidente de coche y había muerto. Decidimos ir a un lugar especial para él (la montaña) donde allí, plantamos una carrasca, donde ya antes habíamos esparcido las cenizas.


Es muy significativo volver a verlo crecer, susurrarte con sus sonidos de las ramas y volver a la vida. Creo que esta experiencia me hizo ver que mi padre aunque omnipresente,me cambio la vida,me hizo ver la naturaleza como nunca la había visto, amaba a la naturaleza,la respetaba porque mi padre formaba parte de ella.

Quiero concienciar a la gente que haga esto,es una experiencia muy bonita y a la vez aprenderemos a sentir,respetar y amar la naturaleza. Con ello,estaríamos obligados a respetar a nuestros antepasados.

A la vez que nuestros recuerdos afloran en forma de vida, estamos interviniendo de forma involuntaria en la reforestación del monte, y que decir de la gran sostenibilidad de convertir una necrópolis de almas encajonadas en hormigón en árboles milenarios.

Un bosque de calma, sentimiento y paz donde nunca podremos decir que lo más apreciado del mundo que es la vida,no nos la arrebataran nunca.
Espero que os haya gustado.



JAVIER VERDÚ REIG

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