martes, 24 de enero de 2017

La cueva de Alba


   El viaje al valle de Benasque tiene un atractivo especial, porque los Pirineos son perfectos para la práctica de actividades de aventura en la naturaleza salvaje, y tiene el poder de poner a cada uno en su sitio, haciéndonos sentir pequeños, como una diminuta parte de un vasto universo en constante movimiento, de hecho, esa sensación de ser algo diminuto nos hace personas más generosas y más amables.
   Los Pirineos, desde un punto de vista geológico, es una zona curiosa, ya que nos estamos moviendo dentro del Macizo de la Maladeta, un macizo de roca granítica poco propicio para la formación de cuevas pero que sin embargo ha generado numerosos fenómenos kársticos, como la cueva del Alba, una de las más grandes del valle de Benasque.
   El sistema subterráneo de la Cueva de Alba se desarrolla en la parte más occidental del Macizo de la Maladetas, en una capa de roca caliza que se superpone sobre la masa granítica que compone dicho macizo y por la que se filtra el agua de deshielos de la parte superior de la montaña y de los Ibones de Alba, ubicados a unos 2.000m de altitud, permitiendo realizar una travesía subterránea de 500 metros de desnivel, desde los Lagos de Alba hasta la Cueva de Alba.



   En los años 60 el Espeleo Club Sabadell localiza la cueva, gracias a las indicaciones de un vecino de una población cercana, en años posteriores van descubriendo galerías hasta que en 1983 se consigue la conexión con otra boca descubierta dos años antes, permitiendo realizar una travesía subterránea de 500m de desnivel y casi 5km de desarrollo, convirtiéndose en una travesía obligada para los amantes de la espeleología.
   El recorrido da la cueva es duro, intenso y arriesgado, encontrando en su interior tubos de presión, pasos estrechos, grietas peligrosas, presencia de agua constante y una temperatura muy fría que ronda entre los 4ºC y los 2ºC, por lo que se recomienda expresamente su práctica con la compañía de un guía de montaña al tratarse de un deporte de aventura con ciertos riesgos.

 Interior de la cueva. Fuente: Llanos del Hospital


     En el 2016 se están realizando trabajos de topografía y espeleología que están arrojando mucha información nueva sobre esta cavidad, cuyos datos están siendo actualizados gracias a las nuevas tecnologías.
 


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