martes, 24 de enero de 2017

Sendero Botánico



   Se trata de un agradable sendero circular, de aproximadamente una hora de duración en el que recorremos un sendero botánico interpretativo con paneles identificativos de distintas especies de árboles y arbustos, además de las cascadas que forma el río Esera, conocidas como “Gorgas del Alba” pudiendo contemplarlas desde los diferentes miradores. Es representativo del piso montano del Parque Natural, con bosquetes de tejos, pino negro y haya principalmente. En cuanto a la fauna que habita en estas laderas está representada por el zorro, el jabali, la marta e innumerables especies de aves.
   Este sendero recorre parte del antiguo camino que unía el Reino de Aragon con el sur de Francia por la Bal de Benas (Valle de Benasque). A lo largo del recorrido encontraremos pies temáticos que nos ayudarán a identificar las distintas especies de árboles y arbustos que crecen en esta zona.




   Iniciamos la excursión junto al aparcamiento del hotel ubicado en el Plan de Turpi, en el margen izquierdo del río Ésera, los primeros pasos discurren entre pequeños pastos rodeados de bojes (Buxus sempervirens), que pronto dan paso a una zona rocosa observando  algún pino negro (Pinus uncinata), así como fresnos (Fraxinus excelsior), escaramujos (Rosa canina), algunas fresas silvestres (Fragaria vesca) y gamones (Asphodelus albus).
   Poco a poco, el sendero botánico se adentra en el bosque de pino negro con tejos (Taxus baccata) y abetos (Abies alba), llegando a un cruce señalizado, en la bifurcación debemos seguir las indicaciones de las flechas, remontando el cauce del Ésera por su margen izquierdo. El camino va paralelo al río Ésera donde podremos observar algunos árboles como el serbal de cazadores (Sorbus aucuparia), y arbustos como el boj (Buxus sempervirens), acebo (Ilex aquifolium), rododrendo (Rododendron ferrugineum), arándano (Vaccinium myrtillus), brezo (Calluna Vulgaris), y flores como el martagón (Lilium martagon), primaveras (Primula veris) así como algunos helechos.
   Al llegar a un bonito bosque de hayas (Fagus sylvatica), alcanzamos una pista que cogemos a la izquierda, para abandonarla a los pocos metros también a nuestra izquierda, desde este desvío iniciamos un descenso para finalizar la excursión circular, cruzando el río Ésera y alcanzando las Gorgas de Alba, una preciosa cascada, desde distintos miradores.

   Es una ruta de montaña circular con una longitud de 2,2 km, es apta para todos los públicos y está considerada como muy fácil, con alguna cuesta que deja sin aliento para los que no están acostumbrados a andar por la montaña. El sendero está señalizado con señales y carteles informándonos sobre las diversas especies vegetales de la zona, la mayoría descritas con su correspondiente cartel.
   Aconsejo hacer esta ruta en las diferentes estaciones del año, es un espectáculo, cautivándote estos bosques de montaña.
 

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